
“¿Quién va a venir a por mi?“, “¿Quién está cumpliendo realmente?”, “¡Esto es para las grandes empresas!” Probablemente sean las tres grandes frases recurrentes de los “cuñaos” que hay en todos los sectores.
Cuando se promulgaron primero el RGPD y después la actual LOPDGDG, muchos nos temimos que iba a ocurrir lo que a partir de 1999 había sucedido con la ya derogada LOPD : al principio todos los agentes tuvieron una voluntad férrea de cumplimiento y al poco, una relajación.
Pero también hubo quien quiso aprovechar este filón y vender servicios consultoría de dudosa credibilidad y sobre todo, a alguien se le ocurrió que esto podría ser “despachado” vía fundación tripartita
Veinte años después, por desgracia el panorama no es muy diferente. Al igual que recibo propuestas de asesoría/gestoría contable y fiscal a 10 Euros/mes, también estoy recibiendo propuestas de adaptación a RGPD/LOPD por 60 Euros al año, batiendo el récord del caso que ya relaté hace tiempo en este espacio.
Cierto es, y tengo que decirlo también, que hay quien sabe o por lo menos intuye, que a esos precios un servicio de esta índole, muy profesional no va a ser, pero también es cierto que incluso en muchos casos, el precio que este servidor termina proponiendo para realizar una labor de asesoramiento totalmente profesional, está condicionado a ese precio de risa, y el cliente es consciente de ello.
Pero por desgracia, ese no es el criterio general. Lo deseable sería que uno pudiera valorar su trabajo sin injerencias de competencia, totalmente desleal, pues hay que llamar a las cosas por su nombre. En ese escenario ideal, esos precios de chiste harían que otros profesionales no perdieran el norte solicitando minutas estratosféricas, que también los hay y también las hay.
Sin embargo, todo esto es simple y llanamente imposible cuando la valoración común sigue girando entorno a las tres frases recurrentes y de cuñao en cena de Navidad, antes indicadas y todo esto me llevó desde hace mucho tiempo a emplear partes de mis recursos a la formación en privacidad algo que además, es muy grato y que curiosamente me ha llevado a tener a tres tipos de clientes.
El primero es el cliente que se apunta a mis formaciones. Hasta yo tengo muy público, amigos 🙂 Me conoce en una formación, se suscribe a mis newsletters, anuncio otra formación y asiste.
El segundo, es el cliente que fruto de mis formaciones, me contrata, bien sea para cuestiones que surgieron en la formación, como por ejemplo la citada adaptación al RGPD, sobre la LSSICE o sobre Derechos de Autor o por cualquier otra índole.
El tercero es el que prefiere digerir el contenido de mi formación y tras un período de reflexión me consulta sobre si dispongo de “plantillas”.
Tengo que confesar que cuando alguien me hace ese tipo de consultas me pongo en alerta, porque en ocasiones es una forma de pedirme abierta y descaradamente que le traslade mi conocimiento a cambio de nada, pero también es cierto que en muchas ocasiones no deja de ser una forma de denominar a los libros, manuales, etc.
Porque en materia de privacidad, he llegado a la conclusión de que, siendo totalmente sincero conmigo mismo, muchas de las adaptaciones que podría realizar, se podrían basar perfectamente en casuística anterior. Por ello, hace un tiempo Marina Brocca me habló de sus KITS LEGALES y me pareció una muy buena idea.
¿Por qué no ofrecer a todos aquellos que estén obligados según el RGPD pero que no puedan (o incluso no quieran) pagar una adaptación personalizada, una solución del tipo “hágalo usted mismo”?
Los KITS LEGALES de Marina están francamente bien, pues parten de hasta cuatro escenarios:
Afiliados y nichos | Ecommerce y dropshipping | Infoproductos online | Webmasters y trafficker |
Para nichos de afiliados con Amazon | Para tu tienda online de venta de productos físicos. | Para venta de infoproductos con este kit legal. Incluye plantillas especialmente elaboradas para infoproductores. | Para desarrolladores |
Cada formularios son 97 Euros (IVA incluido) si entras a través de este enlace. Si lo haces desde otro sitio, te agradecería que hicieras saber a Marina que fui yo quien te recomendé 😉
¡Hay un universo esperándote, Juan Palomo!